«me fueron luego presentes: de manera que mis oios a·los lloros y mi boca con lastimas del sentible coraçon y mis oydos inclinados al clamor todos iunctos se acordaron con las manos que mucho sin piadad trauauan de mis cabellos: de cuyo muy gran strago los senyales se muestrauan en el suelo: y las vnyas encendidas en la hambre de mis carnes rauiosamente feriendo se muestrauan cuchillos: de cuyas llagas y miserable iusticia la biua sangre»