«le tanto fasta que los ojos se hayan dexado ya de llorar. Y quando quisieren quitar·le aquel sea con azeyte o agua caliente: y mucho vale que de·las dos venas maestras que stan dentro del ojo de cada parte sea sangrado: y despues echen sobre la sangria vn pegado fecho de·la pegunta. Si fueren los ojos scuros por algo o por el romarizo pongan le escalentes debaxo los ojos quanto tres dedos: dende»