«abrio las puertas del parayso. y en aquesta misma fragua se smaltaron todos los milagros y martirios de·los caualleros del cielo. Ella fue la que puso fin a nuestra tristura. y en·ella tuuo principio nuestra alegria. ella fue saluaguarda de nuestros desseos. medio, fin, y principio de nuestra salud y consuelo. Con su recuerdo qualquier otra passion se nos haze liuiana, qualquier trabajo nos pareçe descanso, qualquier dolor tenemos»