«y a quien tan conoscidamente encomendo Dios mesmo, la vengança de sus enemigos, y con piensa acordada les ha hecho por obra y por sperança señores del mundo. pues vemos que empues de tomadas las belicosas Españas, comiençan ya de sentir allende los feroçes barbaros, el yugo de vuestras serenidades. y quanto se puede coger de vuestras esclarescidas victorias, ya tiene determinado el redemptor de humana natura de vuestras manos recebir»