«esso al misericordioso señor: de·le enseñar por especial gracia y merced, otro camino muy despachado, por el qual pudiesse alcançar, y peruenir a·lo que tan maliciosamente y culpada hauia perdido. conuiene saber el recuerdo continuo, y cotidiano leer de·la sagrada escriptura. la qual es regla y doctrina para recordar, entender, y amar aquel sobirano bien y principio de su salud. Empero no crea nadi por engaño quedar satisfecho»