«en·las manos. O triste, miserable, desaprouechado de mi: que tal sperança pudo tener, siendo tan gran pecador. Quando leho y pienso que a malaves se puede el justo saluar: y con tal pensamiento mis entrañas se rebueluen y tiemblan, hasta render el spiritu. Con todo me queda siempre señor la sperança del reparo de tu misericordia jnfinita: de·la qual leho que esta llena la tierra. jnuocar la he pues»