«la qual leho que esta llena la tierra. jnuocar la he pues señor: y no cessare de cantar la eternamente para siempre jamas. Y con tal seguridad prostrado agora ante ti, señor piadoso, en·el suelo: con arrepentido coraçon y muy doloroso: confiesso hauer muy grauemente pecado: y llanamente conozco mis culpas: suplicando te piadosa y deuotamente: que mis iniquidades reciban perdon. Mas viendo me indigno para estar delante tu majestad»