«con arrepentido coraçon y muy doloroso: confiesso hauer muy grauemente pecado: y llanamente conozco mis culpas: suplicando te piadosa y deuotamente: que mis iniquidades reciban perdon. Mas viendo me indigno para estar delante tu majestad vazio de toda gracia: y sin sperança de ser oydo: boluere los ojos y pensamiento a·la sacratissima siempre virgen y madre Maria: llena de misericordia y de piedad: abogada de los tribulados. Y prostrado ante»