«de·los pecadores. por los quales mereçiste ser madre de tan alto fijo vnigenito: pon señora ante mis yerros tus alabanças: y piensa que yo siendo soberbio, tu eres humilde. y si yo abhominable y hediondo, tu escogida llena de buenos olores. si yo soy immundo: tu resplandesciente y mundissima. si yo carnal: tu señora castissima. si yo pecador: tu sanctissima. y mas verdadera y propiamente hablando señora bendita, digo que»