«ayunaste en·el desierto tan aspero. Curaste nos con letuario, quando tu cuerpo precioso y tu sangre comunicaste en·la cena a·los sanctos apostoles. Curaste nos por suor, quando en·el huerto por nosotros suaste gotas de sangre. Curaste nos por emplastro: quando por nosotros çufriste que tu delicado y diuino rostro fuesse escopido. Curaste nos mas por beuenda: quando fatigado por la sed de nos redemir, beuiste el vinagre»