«E como quiera que por defectos de muchos, el officio de·la prelacion sea muy necessario: no se sigue por esso que a nadi sea licito el dessear lo. y ahun que el hombre se repute por digno y sufficiente: no se deue dessear ni querer. Ca si Moyses tan perfecto y tan bueno: como escriue Gregorio, mandando le Dios que rigiesse su pueblo rehusaua de tomar el regimiento y prelacion»