«vna vez se perdiese la voz d·ellos: encareçer por scrjtura no se podrja. Mas llegado el termjno asignado a ellos por ella obedeçiendo su·querer suplieron a·lo que su voluntat les tenja mandado: mas como por calidat natural ser antes las mujeres a·la compasion y piadat que al mal nj crueza jnclinadas: y asy forçada d·aquella tan dulçe platiqua no pudo creer el contrarjo le·fuese fecho del que ella yziera: porque»