«en·el cuerpo: como son los hombres mundanos y ricos. mas los del coraçon, a·los quales ninguna consciencia de pecados empeçe. Alimpiemos pues, o hermanos nuestras consciencias y coraçones de toda manzilla y praua cogitacion: porque con los ojos claros del entendimiento, veamos a Dios que es spiritu. ca no le mereçe ver, el que estouiere en pecado: y no solo el de limpio coraçon le vera: mas ver le»