«donde hay buena voluntad, nunca habita la paz. Considera, o alma christiana con diligencia las palabras del saluador y maestro Jesu, con·las quales a·los que son pacificos, escoje por fijos. Entiende aqui por pacificos, no solamente de animo: ca los tales son propiamente los mansuetos: a·los quales arriba prometio la possession de·la tierra. mas llama aqui pacificos, los que primeramente hazen paz con si mesmos: y botan»