«de morar en aquella gloria sensible: mas esperar el aposiento en aquella eterna gloria: donde no hay temor de aduersidad de nuues, ni de viento ninguno contrario. y donde Dios mesmo todo poderoso es templo, morada y yglesia. y en·ella esta la diuinidad por nuue y por techo luzido. No dexo Dios pues a Pedro acabar su razon: porque pedio posada de tierra, mas cubrio·lo de sombra de nuue»