«poderio de·la diuinidad. Considera pues, o alma christiana, que como escriue Ludolpho, no lloro el piadoso Jesu a Lazaro porque era muerto: mas porque le hauia de resuscitar, para boluer a·las tristezas y miserias del mundo. y por·ende por la muerte de nadi, ni ahun por la nuestra no nos deuemos entristeçer. ca no seria razon, recibiessemos premio de aquel a quien ymos forçados. Lleuantando despues los ojos»