«nuestros pecados, y quitemos del sepulcro de nuestras consciencias la dureza del proposito de pecar: porque dignamente resuscitemos con Lazaro: y perdiendo el hedor de nuestras peruersas operaciones: ganemos aquella compañia tan noble de·los apostoles, en·la perdurable gloria y eterna, donde no haura mas dolores ni llantos: mas gozo sempiterno y sin cuento: y donde viuen los que murieron sin poder mas morir.§ Capitulo .x. de·la conspiracion de·»