«milagro, delibraron determinadamente poner lo por obra: publicamente congregando para ello el consejo: temiendo si preualescia su religiosa doctrina, su templo y la reuerencia de aquel, seria touida en menosprecio y en odio. O necia gente y iniqua, no querian creer: y crehian que consejo les podia aprouechar contra Dios, o gente abhominable y perdida, prouehian como pudiessen dañar al saluador de todo el mundo: y echar lo a perder: y»