«los tristes cuydados perdieron lo vno y lo al. Dezid, o supersticiosos malditos: que os aprouecho cometer tan abhominable pecado? quiça porque no quesistes seruir a Jhesu nazareno por maestro y señor: por esso quedastes libres, sin tener quien os mandasse? mucho peor fue, que incurristes tan tiranica seruitud, y tan miserable: que para siempre jamas quedastes sieruos del gran Lucifer. maldicion sea a vosotros: pues quisistes seruir pudiendo ser libres.»