«tuuiendo inspiracion ninguna prophetica, ni el don de·la prophecia: hablo palabras de tan excellente prophecia, y altissima. Considera o alma christiana quan grande es la virtud de·la pontifical potestad: qua ahun el malo prophetiza ignorando: no por razon de su merito, mas por la dignidad del officio. No nos escandalizemos por·ende si alguna vez vemos ser oydas las oraciones del prelado vicioso: ca no es mas que pregonero»