«en·la possession de·la celeste Jerusalem, pues con·el padre etcetera.§ Allegauan se los grandes misterios, y andauan se cumpliendo las scripturas y prophecias sanctissimas: siendo ya llegado el tiempo en·el qual nuestro redemptor y maestro Jesu: para todo el mundo tenia ordenado el remedio de nuestra saluacion y salud, derramando su sangre preciosa por precio sin cuento de·la vniuersal redempcion. E por quanto estaua ya muy cerca»