«voluntariamente: como por boca del Spiritu santo estaua ya profetado. O quien podria pensar el entrañable dolor de nuestra señora? O con que palabras se podrian scriuir sus sospiros? o quien no desseara rasgar sus entrañas, viendo despedir la madre del fijo: yendo por nosotros a morir tan ganoso? o quien no rebentara viendo sus seruidores llorar con·la madre, por desuiar camino de tanta crueza? O quien viera a Lazaro»