«tantos, o algun recelo de no quedar satisfecho: llegaras a·la madre tan manzillada: la qual despues de hauer te fecho gracias de tu piedad: te diera quanto ternia, hasta quedar del todo desnuda, por complir con tu diezmo. Mas tu como despiadado sangriento, armaste el arco de tu ponzoñosa malicia contra tu señor y maestro: y con·la mesma saeta que le pensaste matar: le procuraste tan milagroso triumpho de»