«maestro, fue tan priuado y singular amigo suyo, que aquella mano, la qual el estimo por humildad tan indigna para dessatar le el çapato, tuuo el buen Jhesu por escogida: para que con·ella le derramasse encima de su cabeça las aguas del sagrado baptismo. E quanto mas Pedro se defendio diziendo a su redemptor y maestro. Señor sal de mi que hombre soy muy peccador: tanto mas el buen señor»