«salua nos señor: alabança y gloria sea dada al fijo de Dauid rey de Israel: bendito sea el que viene en nombre del señor. E porque no se spantasse la gente, en ver venir rey rigoroso, y de quien recelassen su destruccion: entro como estaua ya prophetado por aquel gran Zacharias: muy suaue, mansueto, y humilde: assentado encima del asna: amiga de toda paz y tranquilidad, como reza Crisostomo: y no»