«suelo: y tan poquito despues desnudar le sus vestiduras, y echar suerte sobr·ellas. Mas fue todo para nuestra redempcion muy necessario, como reza Ludolpho: porque por el amargor de nuestros pecados, çufriesse el buen redemptor el dolor de tan grandes oprobios: para que despues de purgados con·la aspredad de·la melezina de su sagrada y amargosa passion: gozassemos de·la salud perdurable del reyno del cielo.§ Capitulo .xiij. del»