«por muy culpable el cristiano que llora la perdicion del amigo, y de·los bienes terrenos: y no manifiesta con sospiros y lagrimas el dolor y amargura de sus pecados. Quien seria pues, como dize Cassiodoro el cristiano tan endurecido y de piedra: que viendo el principe y señor de todo el mundo llorar tan afligidamente, dexasse con·el de gemir y llorar? Quien seria tan cruel que viendo·le morir»