«nuestro maestro Jhesu en·la ciudad de Jherusalem. y por esso no dexo de administrar la justicia, sin tener accepcion de personas: ca luego entrando en·el templo, echo dende los que tan sin verguença tratauan vsuras y simonias en·el. ni por seueridad de·la justicia, oluido el piadoso Jesu su benigna misericordia. ca despues de hauer·les predicado la palabra diuina: luego sano quantos ciegos y mancos llegaron a»