«caya de mi pensamiento, para la salud de mi alma: pues con el padre etcetera.§ Llegando se ya el sanctissimo tiempo de·la diuina misericordia, en·el qual nuestro dios y señor hauia determinado de redemir todo el mundo, no por corruptibles thesoros de plata y de oro: mas por precio inestimable de su sangre preciosa, delibero de fazer vna muy notable y famosa cena con sus discipulos, llena de milagrosos»