«Codicio mi alma señor dessear tus justificaciones. E por quanto aquesta cena corporal y sanctissima, fue toda llena de milagrosos misterios: como escriue Vbertino, en·el sagrado euangelio de aqueste dia de·la cena: nuestro redemptor y maestro dio siete marauillosos enxemplos a sus discipulos. El primero de vn conoscimiento y consideracion para recordar·se que eran mortales, en·las palabras que dize: supiendo el buen Jhesu venia su hora, para»