«de Dios: viendo·le assi humilmente rodillado a sus pies: començo de rehusar y dezir, no es cosa conueniente, ni yo çufrire, que jamas tu señor me laues los pies. O cosa digna juntamente de admiracion y terror. O cosa que transcende nuestro flaco conoscimiento y humana fragilidad. ver el señor rodillado delante del sieruo, a Dios delante del hombre, al creador delante la creatura: el señor de todo el mundo»