«el spejo de·la mansedumbre y humildad, contempla alguna vez el fazedor de todas las cosas, espantoso juez de·los viuos y de·los muertos: puesto de rodillas ante los pies del reprouado apostata, y deprende del que muy mansueto es y humilde de coraçon. Supiendo pues el que todas las cosas sabe y conosce, que sus apostoles eran limpios y sin manzilla en·la cabeça: ca eran ayuntados a el»