«nuestro redemptor je·la reuelasse. ca houo para ello tres ocasiones muy principales. La primera por dar le claro conoscimiento que el era verdadero dios, que preuehia lo que era ahun por venir, y las cogitaciones de cada·qual. La segunda porque todos conosciessen que el venia muy spontaneamente a morir por nosotros: pues sabiendo lo con muchos remedios, si quisiera lo pudiera escusar. La tercera porque se pudiesse arrepentir el»