«rafez cosa, vender para la muerte, al que sabia ser señor de·la vida. y fue su malicia tan desenfrenada y tan aspera su dureza, que ni la alteza de·la apostolar dignidad, ni la familiaridad de·la cena, ni la humildad del seruicio, ni la suauidad de·la predicacion, ni la dulçor y blandeza del beso, le pudieron hazer oluidar la tan concebida y raygada malicia. Considera pues, o deuoto»