«ni la dulçor y blandeza del beso, le pudieron hazer oluidar la tan concebida y raygada malicia. Considera pues, o deuoto christiano, y contempla muy bien el excessiuo dolor de·los santos apostoles, y ten compassion con·ellos de su señor: y veras la temeridad del reprouado discipulo, quan atreuidamente pone la mano en·el plato de su redemptor y maestro estando muy tristes los otros: por dar a entender que»