«palabras llenas de dolor y de angustia. O oydos crueles y sin piadad y misericordia, que las pudieron oyr sin llorar. O Judas maldito si no perdonauas a tu señor y maestro: por·que no deprendias de perdonar a ti mesmo? Stando los discipulos assi tribulados y llenos de angustia: y ahun que bien al seguro de sus consciencias: preguntando cada·qual de si mesmo. O señor y soy quiça yo»