«y orar. Mas adelante deue ser la oracion solitaria, porque este el pensamiento quito de toda turbacion, lo qual nos enseño marauillosamente nuestro maestro Jesu, en aquello que reza el sagrado euangelio, que quando quiso orar: se alexo de sus seruidores quanto vn tiro de piedra. O glorioso Jesu, y como se guardan hoy tus enxemplos? o con quanta reuerencia y atencion se siguen tus actos? No hay ya quien como»