«de ti, sin hauer te jamas ofendido? Por·que no recordauas aquella caridad tan jnmensa, con·la qual despues de hauer te lauado los pies, por quitar las maluadas affecciones de tu alma perdida, te comunico su cuerpo precioso: porque no diesses lugar de poner por obra tu proposito tan reprouado? Y por te redemir de damnacion eternal, por ver si el amor de·la honrra te retruxiera, de·lo que»