«glorioso Dauid lo reza en persona suya, y de·la ciudad Çeila, diziendo. Si mi enemigo me maldixiesse, por cierto con mucha pasciencia lo çufriria: y si el que me aborreçe con irosas palabras me amenazasse: quiça me apartaria de su presencia. Mas tu que eres comigo de vn mesmo coraçon, ministro y gouernador de mi casa, escogido y muy conocido, y en compañia mia, y comigo comias los dulces manjares,»