«dampnado: dexaste de ser señor, por ser sieruo: quesiste mas morir en infierno, que biuir en·el cielo? O misericordioso Jesu, quan dulces y llenas de piedad fueron siempre tus palabras: quan llenas de amor feruentissimo, tanto que ahun al tiempo que con señales de paz te entregaua a·la muerte tu enemigo y de todos nosotros, no dexaste con aquella boca melliflua y diuina, con·la qual jnstituiste la vianda»