«el dulçor de tu pasciencia: porque supiessemos perdonar nuestros perseguidores: y siguiendo tu milagrosa doctrina ante corregir·los que aborreçer·los: como lo reza el glorioso Dauid: con los que aborrecieron la paz, fue muy pacifico. Por·ende, o alma christiana: si desseas çufrir con paciencia qualquier infortunio, verguença y injuria: pon los ojos y el pensamiento en aquel que por pagar nuestras culpas, siendo tan generalmente maltratado de todos, perdonando»