«su diuina potencia no quisieron conoscer su malicia: se ofrecio para que conoscidamente le prendiessen. Contempla pues, o alma deuota quan aspera y cruel sera la voz de Jesu, quando en·el juyzio final estara irado contra los malos: quando hablando tan dulçes palabras con·los judios no las pudieron oyr ni çufrir. Onde dando bozes el glorioso Augustino de la virtud tan escondida y diuina, dezia. Donde esta ahora el»