«ni la potestad del milagro, ni la piedad del beneficio, no le pudo raher la enuejecida y concebida malicia. Onde dize Beda. Jamas oluido su piedad el señor: el qual ahun no consiente que sean maltratados sus enemigos: porque conozcan que si se conuierten, ahun pueden sanar. y porque la victoria embuelta en·el beneficio, es muy gloriosa. porque como Seneca escriue: no siempre con armas, mas siempre con seruicios se»