«venian alli de·los gentiles, y los ministros de·los judios, assi como lobos hambrientos llegaron al cordero sin manzilla impetuosamente: y echaron en·el sus manos sacrilegas y llenas de crueldad: y prendieron·le. Contempla, o alma deuota, quan penosa cosa es a quienquier ver se sin libertad: no solamente teniendo catiua la condicion: ca es sieruo de quien le catiua: mas ahun hauiendo perdido la libertad del obrar a»