«Jhesuchristo nuestro señor. E por·ende nosotros, o deuotos christianos deuemos a enxemplo suyo tener todos nuestros miembros atados y la lengua con·ellos: con las cuerdas y nudos de sus mandamientos marauillosos: porque no desatinen a hazer ni dezir cosas contrarias al diuino querer. y assi como el misericordioso señor atando su lengua, callo sin fablar cosa alguna ante el juez: ahun que el exercicio d·ella tuuiesse muy libre.»