«no te ablandesces: y a tan rigorosas tiradas de cuerdas no te mueues de tu pertinacia. Di me que crehias deuia hazer tu redemptor por tu remedio, que no lo haya fecho, por ablandescer la dureza de tu memoria. E por·ende el pensamiento que hasta hoy ha sido ingrato y enfriado en·el fuego del amor tan excessiuo: escaliente ya y arda, y llame con Jeremias. Recordar me señor de·»