«tan sin reuerencia tractado, con tantos golpes, con tantas coçes, empentas, y denuestos: sin jamas murmurar. Piensa quan congoxoso pensamiento trahia consigo el buen Jhesu, pensando la nueua tan dolorosa y despiadada, que de su presion y maltratamiento yria a su madre gloriosa y bendita, a·la qual no quedaua consuelo ni alegria sin el. Contempla el dolor tan desygual de los benditos apostoles: los quales andauan huyendo, sin tener cierto»