«rodillas ante ella: començando las nueuas de su intollerable tormento, mas con bozes turbadas y lastimeras, que con razones que orden de consuelo truxiessen, dixieron. Si en tiempo ninguno, o virgen y madre de nuestro consuelo, la muerte puede remediar los affanes: la tuya y la nuestra seria en·este punto la mas gloriosa de todas. hoy dexas de ser madre, y nosotros discipulos: hoy acaba tu vida, y comiença nuestro»