«templo. ya hallaras virgen bendita tu fijo precioso en manos de·los leones hambrientos. ya señora le trahen preso y atado. O tristes nosotros: y donde fallaremos conuerto? donde iremos ahora, o madre de nuestro consuelo, pobres desmamparados, sin aquel por quien todos nos solian honrrar y por quien los dolientes recebian salud? Y con·estas razones jamas dauan reposo a·los ojos que no distillassen lagrimas de muy congoxoso tormento.»