«toda perfeccion y alabança, hauiendo nos enseñado por Salomon, que las cogitaciones de·los justos son los verdaderos juyzios: y los consejos de·los impios son llenos de engaños: y que las palabras de·los despiadados assechan siempre la sangre: quiso antes callando vencer, que porfiar en juyzio con·los maliciosos, con·los quales no trahe pro el contender: porque como Salomon mesmo dize, no deuemos reprehender al engañador, o al»